Única, conmovedora y con una voz de encanto,Anneke Van Giersbergen (ex-The Gathering) llegó por primera vez a nuestro país promocionando la gira de conciertos acústicos “Six Strings and a Voice", acompañada por el inacabable músico finlandés Marko Hietala (ex-Nigthwish) y su compatriota Tuomas Väinölä, quienes con guitarra en mano dieron vida a un repertorio de clásicos que incluiría parte de sus carreras solistas, además de dar un repaso a lo mejor de The Gathering y Nigthwish. Estas cancionesfueron de las más coreadas por un auditorio cautivado por la emoción de estar a contraluz frente a estas dos figuras muy reconocidas a partir del auge de las voces femeninas a mediados de los noventa, sin embargo; ambos supieron escapar de los momentos pasajeros afianzando sus carreras como grandes compositores gracias a una riqueza creativa innata que se hacía escasa dentro de un panorama musical que se volvía cada vez menos exigente.
Vivir este espectáculo tan cerca fue todo un lujo. Solo bastaron esas maravillosas combinaciones de luces para crear unambiente íntimo, envuelto en un halo idílico, donde el Centro Cultural Español fue el espacio escénico ideal para escuchar un repertorio de canciones increíbles. Marko Hietala fue el primero en subir al escenario, flanqueado por Tuomas Väinölä quien se encargaría de acompañar al músico con esa maestría sobre cuerdas que lo caracteriza.Promediando las 09:30 pm se corre el telón para dar paso a un dúo que se hace cómplice para acelerar las emociones. Rápidamente se escuchan dos temas de su etapa solista, primero "Stones" y luego la emotiva y poderosa "Isäni ääni". Después de abordar al público con algunas bromas extra-musicales que fueron animando a la gente a entrar en confianza, se dio paso a dos covers de antología: "Crazy Train" de Ozzy Osbourney "Holy Diver" de Dio. Ya con el público metido en el bolsillo, fuimos invitados a acurrucarnos bajo el velo de la hermandad con "Two Soldiers", para finalmente sacudirnos con la soberbia versión de "Children of the Grave" de Black Sabbath.
Llegado el turno de
Anneke uno se puede dar cuenta del porqué a las mujeres con talento se las considera como “ángeles dotados de magia”, y es que ella demuestra ser una artista completa que no solo se vale de un carisma inefable para cautivar, además canta y toca con sentimiento aquellas melodías hermosas que fueron reorganizadas a la perfección para escucharse en un formato acústico impecable.
El repertorio estuvo de lo más variado y presto para complacer las exigencias de todos sus seguidores, sobre todo por la nostalgia de escuchar los temas compuestos durante su etapa en The Gathering, siendo "Saturnine" y "The May Song" dos grandes aciertos que permitieron aglutinar en torno a ellos a una comunidad que se rindió ante el recuerdo de aquellos años dorados, aunque no todo estuvo abocado a esa primera etapa de su carrera, también hubo espacio para las aportaciones solistas que pavimentaron el nuevo camino de su música, tomando protagonismo con las canciones "Lo and Behold", pasando por la dulce "I Saw a Car" y unas letras confesionales que dan cabida a múltiples interpretaciones, o la experimental "Hurricane" y esa mezcla sincopada de Soul, Rock psicodélico y Rythm and Blues, defuerte carga romántica para abordar la ruptura de una relación sentimental con un guiño de positivismo.
La sección final estuvo dirigida a la interpretación de aquellas canciones que todo metalero tiene marcadas a fuego en la memoria. Desfilaron clásicos como "Catch the Rainbow", "Wasted Years", "Strange Machines", "The Islander", "Perry Mason" e incluso un cover de "I See Fire" del artista pop Ed Sheeran que llegó definitivamente en un punto óptimo conforme aumentaba el sonido de los aplausos con los que cada asistente correspondía a este rebosante popurrí de hits.
Tras una larga ovación, el concierto cerraría el telón con "The Sound of Silence" y esa empatía emocional que te hace sentir casi como si estuvieras en el corazón de estos tres excepcionales músicos. No puedo más que felicitar por este evento de gala a Danger Steel Prod y una organización que sabe percibir lo que el público espera de ellos, brindando un ambiente preciso con el cual Tuomas Väinölä, Marko Hietala y Anneke se sintieron tan cómodos como para dejar salir su alma al aire y regalarnos momentos inolvidables que nos recuerdan lo que la música significa para ellos y para nosotros, sus incondicionales seguidores.
MANOWAR ha hecho que el imperio
de las montañas retumbe con su música y que sus hijos más dignos se unan en un
abrazo de confraternidad para celebrar una de las victorias más memorables del
verdadero metal en el Perú.
Anunciado como el evento metalero del año, la noche del 14 de septiembre del 2023, sobrepasó todas las expectativas, tanto para el público asistente como para una producción que se tomó muy en serio la labor de llevar a cabo un concierto de tamaña trascendencia, a pesar de las complicaciones que surgieron a último minuto con el repentino cambio de local que obligó a las productoras Nardos Producciones y PMC Shows a ejecutar todo un despliegue logístico desde la explanada San Marcos hacia el Arena 1 de la Costa Verde en tiempo record, y lo más importante, sin que esto disminuya siquiera un poco del compromiso por brindar un espectáculo de primer nivel como se había pactado inicialmente.
Esto animó a algunos Manowarriors a acampar con varias horas de anticipación
con el fin de ocupar un lugar privilegiado dentro de este nuevo campo de
batalla. Improvisadas carpas hacían su aparición a primeras horas de la mañana
de ese glorioso jueves, cubiertas en su frontis por cúmulos de botellas de ron
y latas de cerveza vacías que fungían de barricadas contra el despiadado frio
de la costanera limeña. Pasara lo que pasara, estos guerreros aguantarían las inclemencias
del clima, la hambruna, el sueño o hasta las arduas horas de espera en una cola
de ingreso que se hacía casi interminable y que no haría más que mermar la
voluntad de cualquier mortal que tentara siquiera a pisar suelo sagrado, porque
ese lugar estaba destinado solo a los poseedores de un corazón de metal
determinado al sacrificio antes de ingresar al valhalla y ver como recompensa a
sus dioses cara a cara.
Una vez dentro del Arena 1, y tras una
prolongada espera de casi dos horas, por fin cae el telón y los Manowarsaltan
a escena cuando el reloj marcaba las 10:00 p.m. en punto de la noche, tras un estallido de
fuegos artificiales y llamaradas incandescentes terminaba la pista
introductoria “March Of The Heroes Into Valhalla”, con
la cual el júbilo y la algarabía inundaba el pecho de todos los asistentes. El
sentimiento era indescriptible y se podía palpar en el ambiente. Muchas
generaciones encontradas, muchos sueños que en ese preciso instante se
transformaban en vítores, en puños en alto, gritos eufóricos o sonrisas
extasiadas que se cortaban perpendiculares al cruzarse con lágrimas que
caían del rostro de los guerreros más veteranos. “Manowar”, “Kings
of Metal", y “Fighting the World” fueron
cantadas a todo pulmón como si no hubiera un mañana, como si no quedara tiempo
para agradecerle a la vida por tener tan honorable privilegio. No era solo
presenciar a una leyenda de la música en vivo y grabar tozudamente el momento
para pavonearse en redes sociales, ¡de ninguna manera!, era enfundarnos en la
armadura del combatiente fiel a sus principios, a sus orígenes, a luchar por
las causas que no están perdidas y que viven en nuestro interior como nuestro
gran amor por el metal, y en este aspecto, la escenografía jugó mucho a nuestro
favor, era imponente, desplegaba teatralidad como fiel reflejo a los montajes
heroicos que se iban escuchando a cada minuto, "Holy War" y "Screams
of Blood"sonaron como nunca, y Michael
Angelo Batio fue pieza clave en este proceso. Su llegada no
es un aporte superfluo para tapar un hueco vacante, por el contrario; todo en
él despliega maestría. Desde su toque sofisticado hasta su calidad indiscutida
para regalarnos solos de guitarra de un vértigo alucinante, todo en Batio
brilla con luz propia, muy aparte de poseer un carisma innato que ha sido como
un complemento para la personalidad de Joey DeMaio, mucho
más fría y cerebral pero de igual grandeza creativa.
No hay palabras
para describir a Eric Adams, es un fenómeno que no le teme a partirse la garganta
como jornalero a tiempo completo con tal de brindar un performance de lujo,
sabe que es un superdotado y domina muy bien las reglas del juego, cuando se
siente asediado evita el sobre esfuerzo sutilmente, "Heart of
Steel" y "Warriors of the World United"fueron
como un llamado a las armas para que lo acompañemos en su cruzada, para que
fuéramos sus escoltas ante tremenda hazaña que acababa de alcanzar. Tal vez el
momento más emotivo de la noche fue escuchar la hermosa melodía andina "El
Cóndor Pasa" interpretada a dueto instrumental entre Michael
Angelo Batio y Joey DeMaio, ambos
enfrascados en un shred brutal que empalmaría directamente con la
adaptación del clásico de Jimmy Hendrix, “Little Wing”.
Después de una manifestación tan expresiva de rapidez, contundencia y
sensibilidad, nos llegaría un set determinado a poner a prueba nuestra
resistencia, el primer subidón de energía se da con "Hail and Kill" que dejaría restregados por el suelo a
varios caídos en batalla, del mismo modo “The Dawn of Battle”
no claudicaría ni por un segundo en su avanzada incontenible hasta llegar a “King
of Kings” y su magia para diluirse en la estampa de los héroes que colaboraron
en su concepción, como el recordado actor británico Christopher Lee quien en su
momento presto su voz para esta grandiosa oda sinfónica que ahora era cantada
al unísono por un público peruano totalmente entregado a esta increíble demostración
de fuerza, velocidad y precisión. Con “The Power” continua esa narrativa épica que
siempre ha sido la marca de casa para Manowar y que tanta inspiración le ha
dado al power metal contemporáneo,
tras su término, se cierra el círculo momentáneamente con “Fight Until We Die” y
una descarga magistral de melodías rápidas y poderosas en las queJoey DeMaiopunteaba su bajo como si
de una guitarra se tratara.
Pasado un breve interludio se
escucharían los primeros acordes del himno por excelencia de la banda: "Battle
Hymn" cumpliendo la misión de mantener aún viva la llama de
los corazones más
aguerridos, solo para nuevamente quitarnos el aliento con “Black
Wind, Fire and Steel” y llevar nuestro espíritu al límite.
Y
de esta manera se daría término a un espectáculo que nos unió en una hermandad
de todas las sangres. Fueron casi dos horas de delirio, de imágenes icónicas e
inolvidables que quedarán grabadas por siempre en la memoria de todos los
manowarriors que llegaron desde diferentes puntos del país para esta mágica
velada. Fue un concierto de una conexión emocional muy fuerte, tanto para
jóvenes iniciados en el metal como para experimentados guerreros encanecidos
por el tiempo, e incluso niños que acompañados por sus padres pudieron
disfrutar de este “Crushing The Enemies Of Metal Anniversary Tour 23” y
un setlist que sigue sorprendiendo con su poder titánico y leal para
enfrentarse frontalmente a los detractores. Esta proeza no hubiera sido posible
sin el diligente trabajo de Nardos Producciones y PMC Shows, quienes nos
brindaron la oportunidad de ver a estas leyendas siempre esquivas a oídos
peruanos, y que en la espectacular noche del 14 de septiembre del 2023,
forjaron un legado que vivirá mucho años después de que nos hayamos ido, y el
cual contaremos a nuestros hijos, y a los hijos de nuestros hijos. ¡Salud por
eso queridos hermanos del metal!.